El determinismo puede tomar diferentes formas dependiendo el aspecto que se esté juzgando, por eso se divide en:
Determinismo fisiológico, el cual es defendido por muchos psicólogos y filósofos materialistas, afirma que nuestra libertad, no es más que el resultado de fuerzas fisiológicas, sobre todo las del funcionamiento del sistema nervioso, que entran en juego al obrar. Aclaran, que así como las maquinas de la cibernética se autorregulan y parecen tomar decisiones partiendo de datos informativos que reciben, de igual forma los actos considerados libres por nosotros no serian más que un producto necesario de un complejísimo proceso nervioso-cortical absolutamente determinante. Determinismo psicológico, el cual se divide en dos formas principales: El psicoanalítico. Afirma que el obrar del hombre adulto está determinado por el inconsciente formado en la niñez. Esta forma completa psicológicamente al determinismo fisiológico y pone en manifiesto que la constitución del inconsciente infantil es obra del medio social, también relacionándose de esta forma con el determinismo sociológico que más adelante veremos. Determinismo sociológico. Según el cual la sociedad es considerada como una conciencia colectiva que cada individuo interioriza de un modo particular, por lo que las reglas de conducta social ejercen una presión irresistible sobre los individuos. En otras palabras el ambiente social que nos rodea nos fuerza a obrar de determinada forma. Determinismo teológico. Representado por los filósofos panteístas como, Espinoza, sostiene que un mundo distinto a Dios y capaz de ser y obrar aparte de Él es contradictorio. Por esta causa Dios y el mundo se identifican y así el hombre es una parte de él. |
domingo, 28 de mayo de 2017
4.3 Aplicaciónes
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